Argentina y Venezuela firmaron un acuerdo energético que ambos gobiernos calificaron de estratégico. Mas allá de las naturales observaciones diplomáticas al fin de cada encuentro o cada acuerdo, vemos que el mismo se basa en un compromiso explicito del gobierno del Presidente Chávez en el uso de los recursos energéticos de Venezuela para el poderío de la Nación Latinoamericana. Esta valiente actitud de Chávez excede el clásico “acuerdo económico” y se transforma en una herramienta de generación de poder estratégico para la región.
La idea de un Frente Nacional
Hace años los militantes nacionalistas revolucionarios, de izquierda y marxistas de Latinoamérica discutíamos el carácter de las tareas revolucionarias.
Una posición era afirmar que había habido un desarrollo productivo suficiente para colocar a nuestras sociedades como capitalistas y lo esencial del desarrollo capitalista había sido alcanzado (la industrialización, el uso del conocimiento para la producción con valor agregado, la democracia formal y las libertades civiles) y por lo tanto se debían enfrentar las tareas revolucionarias exigidas a los obreros y excluidos de Europa o EEUU.
La otra posición era que ninguno de esos estadios había sido alcanzado o no plenamente como para considerar que otros estadios eran posibles sin refundar ese anterior.
Como todas las discusiones había errores en ambos bandos, PERO UNA DE LAS POSICIONES era históricamente correcta. Y fue la que entendió que si bien nuestras sociedades eran capitalistas no eran sociedades desarrolladas, y la base esencial de una sociedad capitalista burguesa estaba, desde el punto de vista económico, centrado en la producción industrial, la especialización para competir globalmente y una administración soberana de los recursos nacionales.
El elemento central que da fundamento a esta posición es que el capital comercial generado en el trabajo servil o esclavo en América latina no formaba parte de un ciclo de acumulación burgués en nuestro continente sino que era parte del CICLO DE ACUMULACION EUROPEO (esencialmente Inglaterra-la potencia del siglo XVI y posteriores-, Francia y Holanda).
Se infiere de esta posición que se debían realizar en nuestro subcontinente Latinoamericano, las tareas nacionales pendientes (por catalogarlas de alguna manera que implique los basamentos económicos y políticos mencionados).
¿Quién debe realizar estas tareas?
Si es un frente obrero, un frente de obreros y campesinos, un frente de obreros y un sector de las clases medias urbanas, los movimientos sociales de excluidos, de los barrios etc. es parte de la discusión dentro de esta línea de pensamiento.
La sola mención de un frente de clases en las que se incluye a sectores propietarios de tierra y medios de producción, a sectores medios intelectuales y profesionales implica una amalgama política amplia.
Pero la riqueza de dicha amplitud frentista, no está en su mera extensión sino en su capacidad de componer y aglutinar intereses diversos para conseguir los fines nacionales.
¿Entonces cada Estado Latinoamericano tiene sus propias tareas?
Un aspecto notable de esta situación de desarrollo de nuestro continente latinoamericano es la característica de ese frente nacional que debe llevar adelante las tareas nacionales.
En efecto la particularidad de la construcción de un frente de clases como Frente Nacional es que no solo debe oponerse solo a las oligarquías locales sino al poder del Imperio.
Y esto caracteriza a dicho frente como Frente Nacional Antiimperialista.
Esto habla que desde el punto de vista de cada Estado latinoamericano se trata de una lucha desigual entre los sectores oprimidos o que no encuentran su realización en el modelo de estado oligárquico y los sectores del poder establecido (establishment) y su alianza y subordinación al poder del Imperio.
Esa característica indica que no solo debe conformarse un frente de clases sino que debe trabajarse para la unión de nuestros países de modo que una gran Nación (cuya extensión teórica podría imaginarse entre el sur del Rio Grande en México y la Antártida Argentina) sea la que se consolide para triunfar en su lucha contra el Imperio y la realización como sociedades igualitarias y libres.
¿Los objetivos de unión los determina el enemigo común?
Los objetivos de unión de nuestras naciones no nacen de la mera necesidad de enfrentar al Imperio Anglosajón y a su contraparte europea y asiática, sino de fuentes inagotables:
- -El origen indígena de nuestros pueblos y la mezcla con el colonizador español o portugués
- -La sangre africana y su cultura, en compatriotas explotados
- -El período común de revoluciones de la Independencia
- -Sobre todo en nuestra América del Sur, batallas y ejércitos comunes en lucha por liberarse el Imperio Español y Portugués.
- -Las tareas nacionales irresueltas y la existencia de poderes facticos que son las oligarquías locales opuestas a la industrialización y la democratización de la sociedad y el conocimiento y su alianza inescindible con el Imperio Norteamericano e Inglés.
Esta enumeración, reducida, indica que los objetivos de unión No nacen del enfrentamiento a un enemigo común sino de raíces profundas de la historia de nuestros pueblos desde la colonización europea hasta nuestros días.
El papel de Chávez en la lucha por la unión latinoamericana
Carlos Marx, dice citando a Hegel que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal se repiten dos veces y ampliando aclara que el filosofo alemán se olvido de agregar que la primera es como tragedia y la segunda como farsa.
Si bien la observación es fina y se adecua al análisis que Marx hace sobre la situación de Francia es, como toda importación mecánica de los pensamientos y análisis en ciertos contextos, cuando menos inoportuna para describir la actual situación latinoamericana.
Como una de esas magnificas parábolas que la Historia humana nos permite ver en su larga extensión existe hoy en la tierra del Libertador Bolívar una figura que está llamada a marcar esta época para construir la unión de Naciones Latinoamericanas.
El Presidente Chávez, es un símbolo no solo de Venezuela sino de todos los latinoamericanos comprometidos con la lucha por liberar a nuestros pueblos.
Chávez es reconocido por muchos luchadores (Fidel Castro) y políticos latinoamericanos (Lula) así como de varios de los presidentes latinoamericanos (Dilma, Evo, Correa, Cristina, Ortega) como un líder de la región.
Queremos en este informe analizar este liderazgo desde una hecho concreto que ha sucedido en estos días y que muestra la necesidad de la astucia y la valentía en la lucha por la liberación y contra el Imperio.
Sus palabras para el momento de mencionar los acuerdos energéticos a los que nos referimos en el titulo de esta nota, indican una comprensión sagaz de cómo construir relaciones de poder y hacer uso de situaciones de fuerza.
En primer lugar su advertencia a REPSOL sobre los resultados de su política de pleitos con Argentina y sus demandas de indemnización.
Estamos acostumbrados a que estas advertencias bajen solapada o descaradamente desde el Imperio y sus representantes locales.
Advertencias que nos dicen que nos va a pasar si no hacemos los deberes como el Amo Imperial ordena.
Ahora Chávez se ha permitido en un gesto que nada tiene que ver con la actitud patotera imperial, sino con el entendimiento de la REAL SITUACION de fuerzas en las que se encuentra REPSOL y su dependencia de los acuerdos con Latinoamérica.
Esto que seguramente es visto como una extorsión por los Macri y los Rajoy de nuestro país y de España, no es más que política sabia y dura: "Podemos hacer negocios pero hay que saber quién es el que manda".
En segundo lugar de sus palabras se desprende que ha acordado con el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández la participación de YPF en la cuenca del Orinoco A CAMBIO de una participación de PDVSA en los negocios de shale-oil (esencialmente Vaca Muerta) de YPF.
Este punto es estrategia pura. La entrada de PDVSA al negocio de YPF en la medida que desde el kirchnerismo se entienda el valor de dicha alianza permitirá que otras asociaciones con petroleras norteamericanas se hagan en un marco de mayor fortaleza.
Fortaleza para negociar y fortaleza conceptual.
Nada impide aliarse al capital extranjero en operaciones donde los medios económicos y los recursos humanos y conocimiento que manejan estas empresas resultan imprescindibles. El tema es desde que posición se negocia esa participación y como se mantiene el control de la estrategia de soberanía energética.
En tercer lugar queremos marcar que Chávez ha tenido hacia nuestro país (y otros de la región) actitudes que la propia Presidenta Cristina ha calificado de generosas.
No está mal definir una actitud en esos términos, pero la política admite y necesita de otras explicaciones.
La actitud de Chávez no solo es generosa, , es una actitud estratégica y política de alto nivel y en esto último reside su trascendencia, pues parte de la comprensión que solo Estados nacionales fuertes, soberanos en sus decisiones económicas y sociales estratégicas, podrán formar la Gran Nación que soñaron San Martin, Bolívar y Miranda, entre otros.
Lecciones de la Historia que Chávez aprendió
Volviendo sobre Bolívar hay algunos hechos de la sus actitudes y determinaciones tomadas por el Libertador en nuestra historia común que son ignorados en los hechos, aun por quienes conocen la Historia.
Cuando Bolívar asume el gobierno del Perú (para evitar su caída nuevamente bajo el poder español, producto de la desidia y miopía política de los gobiernos de nuestro país y el Perú) toma una serie de medidas entre las que se destacan una serie de derechos para los pueblos indígenas (anulación de la mita, el repartimiento de indios como mercancías, el trabajo esclavo, etc.).
Estos derechos que los volvían ciudadanos iguales no pudieron ser sostenidos en el tiempo.
Y esto fue así, porque el poder material que necesitaba de los indígenas como esclavos, permaneció intacto.
Bolívar, el más revolucionario de los americanos no supo como cambiar lo que era esencial. El régimen de propiedad de la tierra y de las riquezas minerales no fue cambiado ni modificado. De modo que el tiempo solo actuó en beneficio de los que mantuvieron el poder material de la tierra y las riquezas.
Las oligarquías locales hacen uso indiscriminado de su el poder sobre el aparato jurídico, las riquezas minerales, la propiedad de la tierra y los medios de comunicación para mantener su poder opresivo sobre nuestras sociedades.
Esta debe ser una lección de la Historia y entendemos que el Presidente Chávez y el pueblo venezolano la han aprendido.
Con la expropiación y pase al poder del Estado de todos los recursos energéticos y minerales de la República de Venezuela así como la reforma profunda de la constitución y la creación de órganos de poder popular, Chávez y el pueblo venezolano muestran que han aprendido del paso de la Historia.
Solo esos cambios, que deben aún ser profundizados y ampliados (como los mecanismos de autogestión obrera y las variantes de la economía mixta) evitaran que los derechos ganados sean devorados con el paso del tiempo porque el curso del rio no fue cambiado.
Conclusión
Y esa es nuestra lección para aprender como argentinos: Sin cambios en las bases materiales de propiedad de las riquezas del pueblo argentino sean energéticas o de producción de alimentos, cualquier mejora de derechos que exista, serán devoradas con la llegada inexorable al poder completo de los dueños del poder material.
Es por eso que resulta imprescindible que se extienda lo que se aprendió de la nacionalización de YPF y los fondos de los trabajadores en manos de las AFJP:
- 1- La definición de actividades estratégicas por parte del Estado (productivas, alimentarias, militares, financieras, de salud, educación, de comunicación , de entretenimiento) implica que NINGUNA ACTIVIDAD PRIVADA puede atentar o mermar el poder y el rol del Estado en dichas actividades
- 2- Que la definición de dichas actividades pasa por 4 elementos básicos:
- - La enunciación del problema, su discusión y fundamentación llevada a los ámbitos en que las bases del movimiento participan (no la toma de decisiones palaciegas aun cuando las mismas tengan golpes de efecto).
- - La organización para darle soporte a las decisiones y no permitir los pasos atrás. (Sin esto cualquier medida progresista y revolucionaria parecerá una provocación hasta que la suma de provocaciones produzca la caída)
- - La determinación de las medidas económicas y legales (nacionalización, declaración de interés nacional estratégico, control accionario y dirección de las políticas y los negocios) que garanticen la actividad estratégica.
- - La nominación de Directores y Gerentes con la capacidad técnica, la formación política para llevar adelante la actividad como un elemento de estrategia soberana y no como un negocio corporativo.
Sobre este último punto habrá que ahondar con lo que indique la experiencia –es decir la propia praxis- sobre cómo lograr la participación popular (no solo sindical) en el manejo de las políticas públicas.
Estos puntos deben formar parte del programa del Frente Nacional Antiimperialista que los argentinos nos debemos. Un programa cuya discusión nazca de nuestras experiencias, nuestros errores y nuestros saberes y que canalice nuestras energías en el sentido real de la pelea.
Grupo Sudestada / informe político Nº8 / Julio 2012